OPINIÓN: PUESTA EN PRÁCTICA DEL CONOCIMIENTO EN LA ECONOMÍA CIRCULAR


Son muchos los datos, informes y opiniones por parte de diferentes organismos internacionales, que demuestran que estamos en una situación crítica en relación con algunos de los desafíos más importantes que actualmente tenemos, ya sea el cambio climático, el medio ambiente, la contaminación ambiental….  Algunos de estos informes son especialmente preocupantes, como es el caso del informe “Global de Desarrollo Sostenible 2019”, que dice que “Las economías han agotado la capacidad de los ecosistemas planetarios para manejar los desechos generados por el uso de energía y materiales.

En efecto, los desafíos ecológicos, medio ambientales y energéticos van de la mano, por ello, deben abordarse desde un enfoque estratégico global, que tiene que conjugar los diferentes intereses en juego. El 67% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están relacionados con la gestión de los materiales. La consecuencia de todo ello es el cambio climático con sus muchas manifestaciones, que nos afecta y nos afectará mucho más si no tomamos medidas urgentes y con visión global hacia el desarrollo de vida sostenible e inclusiva.

El dato de que menos de un 10% es circular, nos compromete a todos los actores integrantes del proceso de desarrollo, ya sean económicos, sociales y político a cerrar la brecha de la circularidad, para así de esta forma prevenir y defender al medio ambiente, así como a conseguir una sociedad más igualitaria.

Esta nueva economía y sociedad tiene hacer posible una nueva forma de fabricar los productos, así como tiene que producirse un cambio importante en nuestros hábitos de consumo, que propicie, junto con una adecuada gobernanza multinivel global, una nueva forma de vivir, que al mismo tiempo sea capaz de reparar todo los daños que hemos hecho  a lo largo de estos últimos años a nuestro hábitat.

Es por ello, por lo que ha llegado el momento de actuar, de poner en práctica todo nuestro conocimiento, pero también toda nuestra creatividad e innovación al servicio del desarrollo económico y social, que haga posible una nueva forma de crecimiento, para hacer compatible el uso racional de los recursos para un desarrollo resiliente e inclusivo del proceso de desarrollo.

La economía circular es una buena oportunidad para ello, ya que representa  un nuevo modelo de desarrollo económico y social, que identifica una serie de procesos de nuestra economía en relación con la producción, consumo y reciclado de los productos que utilizamos, en aras a respetar y reparar los recursos naturales, la renovación y reutilización de productos y sus componentes.

Su objetivo principal, es cambiar la forma y el modo como nos comportamos ante lo que ha sido tradicionalmente producir, usar y tirar. Es por tanto, un nuevo modelo de desarrollo económico y social, que identifica una serie de procesos de nuestra economía en relación con la producción, consumo y reciclado de los productos que utilizamos, en aras a respetar y reparar los recursos naturales, la renovación y reutilización de productos y sus componentes.

De esta forma, la economía circular ofrece una alternativa al actual modelo de producción, basado en una cadena de valor lineal que genera residuos en todas las etapas, desde la extracción de materias primas hasta la generación de residuos, pasando por las fases de fabricación, distribución y consumo. La alternativa consiste en prolongar la vida económica útil de los materiales y los recursos tanto como sea posible, reduciendo al mínimo la generación de residuos.

A lo que se aspira es tener un desarrollo armónico con la naturaleza y el medio ambiente, minimizando el impacto de la utilización de los recursos naturales y su menor coste. Se trata en definitiva, de la búsqueda de la puesta en escena de un nuevo enfoque y paradigma de nuestra actividad económica respetuosa también con las normas sociales y medioambientales. 
En efecto, no hay tiempo que perder, no hay que ir un paso hacia detrás en el proceso de desarrollo, que no sea en ese sentido. Para ello, lo que tenemos que hacer es sencillamente, innovar. Innovar para encontrar nuevos escenarios de una economía responsable y más humana, y sobre más respetuosa con la vida de nuestro planeta, y sobre todo con las personas.

Innovar, también, rediseñando los procesos de desarrollo sostenible, ya sean relacionados con la “bioeconomía”, ya sean relacionados con la economía verde, ya sean relacionados con el la economía circular, que, desde mi punto de vista, esta nueva forma de pensamiento, va a representar un antes y un después, como un nuevo modelo y único posible, y casi si me apuran decir, ya están adquiriendo un carácter existencial.

Es necesario que este nuevo pensamiento que representa la economía circular, adquiera también unos sistemas de innovación, más allá de la economía, capaces de hacer extensivo los principios que lo inspiran, a todos los desafíos/componentes de las ciudades, con el fin de que tenga un adecuado encaje en nuestro sistema de desarrollo económico y de creación de empleo que garantice el despliegue y eficacia de la misma. En este modelo de sociedad, hace imprescindible unir a toda la comunidad de carácter global mediante la realización de un enfoque sistémico, donde las partes y el todo, la innovación y la colaboración son fundamentales. 

Ficha Economía Circular

José Esteban Gabarda Balaguer, Leader “Advanced Leadership Foundation”


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